jueves, 28 de junio de 2012

urgencia

Hay cosas difíciles de revelar. Como sentidos indescifrables que circulan aleatoriamente en el interior de mi cuerpo. Pero ya al saber que su danza es aleatoria, en alguna medida, los descifro. Esto conduce a situarme en el límite de lo descifrable e indescifrable de lo que transita en mi. De lo comprensible e incomprensible. La necesidad de conocer lo que sucede al interior de mi cuerpo tiene urgencia sólo por el hecho mismo de que se manifiesta al exterior. Una exteriorización incómoda. La continuación aproblemática de la fluidez de la vida se paraliza con el objetivo autoreferencial de comprenderse, palparse y preguntarse. De esta forma lo sentido por mi cuerpo busca respuestas claras de lo que sucede allá en el interior de mi cuerpo. En otras palabras es la interminable lucidez que por su pretensión de iluminar el rincón más oscuro e inhóspito termina por enceguecer todo a su alrededor, todo su interior y exterior. Es la oscuridad embalsamada por la propia desesperación de la claridad.