En momentos donde el cuerpo te vuelve a recordar
tu pendiente negativa, con dos cascadas espesas
y pegajosas que suben y bajan por tu cerebro.
Una que otra mil batalla leída por los dias de Abril
llena de bronce y sangre y dioses malditos.
Que los caminos para llegar al conocimiento son
tan irreales como el canto torcido de la verdad.
Un par de zapatillas sin dentadura que le sonrien
bajo inocencia a los adoquines parisinos del XIX.
Un Santiago refugiado por una fuerza artificial
originada después de una hecatombe natural.
Una pre-frontal medial que me convence y obliga
vomitar colores sobre el vacio de la realidad.
La mentira que me penetra en la nuca del sol
y la frente de estos dedos frios autómatas.
Y que no se olvide la comunicación de sus multiples
expresiones: de piel, de retinas, de manos.
Que por estos dias una imponente figura femenina,
patrona de nuestra estética moderna y helénica;
me mira, me abraza, me acompaña. No me besa.
Que la ley de la ley del amor o la moral o no se
qué violencia; me descompone la esperanza.
Y yo, no me siento nada de bien.
"Escribe cualquier cosa. Que sea verdad o mentira no tiene importancia. Habla, pero habla con ternura, pues es toda la ayuda que puedes prestar. Construye una barricada de palabras, tanto da lo que signifiquen". -John Berger-
viernes, 11 de junio de 2010
Cuando la suerte que es grela
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