Arrincónate en dos mirada vacías
que busquen liberar tus deseos
ocultos por esa voz torcida
de la verdad santa y suprema.
¿Existen calles escupidas
por zapatos viejos y rotos
de una juventud escondida
por años de ciegos y devotos?
Sin embargo no te desvistas
tanto por una lucha que
bien puede ser más por
instinto que por lógica.
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