"Escribe cualquier cosa. Que sea verdad o mentira no tiene importancia. Habla, pero habla con ternura, pues es toda la ayuda que puedes prestar. Construye una barricada de palabras, tanto da lo que signifiquen". -John Berger-
viernes, 31 de diciembre de 2010
resistencia
martes, 14 de diciembre de 2010
viajero que no huye

Tremulín, ha llegado el tiempo de evaluar. Aguantaste el tormento más peligroso enviado por los dioses sin ayuda de nadie; quizá de unas cuántas lágrimas que retornaron a tu garganta. Pero al parecer, en cuanto a su forma lejana, al discurso y a la idea misma; es momento de que suspendas por un brazo macabro. Que de verdad, en cuanto a lo esencial, al contenido y a la realidad misma; es hora de que sigas sobreviviendo, con bombilla y tabaco en boca, en posada cualquiera. Con el grito silencioso que siempre te ha caracterizado: la desesperación oculta y motivada por sonrisas. Así como un corazón más, humedecido por las nubes eternas que lo diluyen todo. Hasta mi alegría.
lunes, 29 de noviembre de 2010
viernes, 19 de noviembre de 2010
cuentame una historia original.
sábado, 6 de noviembre de 2010
encorváos

miércoles, 3 de noviembre de 2010
naturas
miércoles, 20 de octubre de 2010
la necesidad de registrar.

sábado, 2 de octubre de 2010
teodicea de vuestra alegría.
martes, 14 de septiembre de 2010
infinita tristeza
martes, 24 de agosto de 2010
La posibilidad de Don Quijote.

La clásica lucha entre los sentidos y las ideas tienen una larga trayectoria en nuestra historia universal: desde el maravilloso mundo griego hasta nuestros tiempos de hipermodernidad. Por un lado se sostiene que el mundo concreto, mediante los sentidos, es la condición suficiente para llegar al conocimiento total de la realidad, y así, llegar a un posterior estado de felicidad. Mientras que por el otro lado se sostiene que el mundo de las Ideas es la realidad oculta que está detrás de este mundo falso y corrompido, y que si llegamos a aquel mundo escondido, alcanzaremos la verdadera felicidad.
La adhesión rotunda y ciega hacia alguno de estos dos enfoques nos conlleva a permanecer eternamente en una desgastada discusión sobre si la felicidad o el bienestar la encontramos en la realidad concreta o en el mundo ideal. Creo que a grandes rasgos, ante este escenario, es importante sintetizar la discusión en un punto medio, vale decir, nutrirse de la dispersión de las ideas y la realidad cruda y concreta; o en otros términos, en irse en la volá y despabilarse.
La representación de este punto medio que nos puede facilitar el trabajo de entender bien la clásica disputa entre idealismo-realismo es la inigualable obra literaria más grande de la historia universal: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha de Miguel de Cervantes. Esta extensa novela tiene como protagonistas a dos figuras que representan en la mayoría de la obra estos dos enfoque antes mencionado. Es decir, ese viejo loco de Alonso Quijada, más conocido como Don Quijote, y aquel campesino pobre de Sancho Panza.
Es evidente identificar a nuestro Don Quijote como la figura esencial de ese mundo ideal, el cual a partir de la voraz lectura por los libros de caballerías decide ser un caballero andante más de la literatura e ir con su caballo decadente en búsqueda de la justicia social, el amor, y la fama. No obstante, es necesario que nuestro caballero de la triste figura necesite de un escudero para su andanzas, por lo que llama a su vecino Sancho Panza, prometiéndole ser gobernador de alguna península conquistada por Don Quijote.
La mayoría de la primera y segunda parte de este preciado libro nos muestra la lucha entre un Don Quijote subsumido más allá de las ideas, pues lo encontramos en el mundo de la locura. Creo que esta es la característica más importante y esencial de nuestro caballero andante: los molinos como monstruos, la vasija como yelmo, la inexistencia de Dulcinea, los combates con enemigos que si no eran animales eran curas, liberador de ladrones y uno de los primeros anarquistas al liberar esclavos de las garras de su amo. Mientras que a su lado lo acompañaba este pequeño hombre sobre su burro, ya un poco contaminado con la locura de su amo en pensar ser gobernador de la península; no obstante, el compañero Sancho en la mayoría de la obra bajaba a su amo al mundo concreto, siendo un permanente vigilante de las locuras de Don Quijote; en un principio, Sancho supo diferenciar claramente entre la realidad y la locura, pero durante las andanzas, se hizo cómplice y participe del mundo platónico de Don Quijote, hasta el punto que al final de la obra era Sancho quien quería seguir con las aventuras.
Es evidente que sin la presencia de Sancho Panza, osea, en su mayoría la presencia de lo real, nuestro caballero andante no hubiese dado razones lógicas a sus cometidos bastante irracionales, como tampoco instruirnos en su filosofía de vida. Es ante esta última que el libro de Cervantes y el pensamiento de Don Quijote – el mundo de la locura-, nos dejará un legado eterno que nos ayudará en ciertas ocasiones a distanciarnos por un momento de la realidad concreta y racional. Esto quiere decir que la filosofía de nuestro caballero andante se sustenta esencialmente en la libertad, entendiéndola como la facultad que tenemos los seres humanos para desmarcarnos de lo establecido. Don Quijote decidió aventurar la vida ya una edad que no le era muy favorable, pero esta concepción del tiempo no estaba en su mente, pues él era un caballero andante: con un espíritu aventurero y una fuerza de caballero; enfrentar las adversidades era la condición existencial para cualquier caballero, ya sean ofrecidas por la propia naturaleza o enemigos con que se tropezaba durante el viaje. El sufrimiento, así como en el regreso de Odiseo a su reino, era una realidad la cual era casi imposible evadir, sin embargo, la locura y el mundo ideal era más fuerte que los sentidos concretos; es por eso que quien más sufría era Sancho, que ante la cordura tenía que resistir a las andanzas de la libertad.
Por consiguiente, la locura de Don Quijote y su amor platónico nos ofrecerá siempre la herramienta para escaparnos de esta realidad a veces muy sólida y razonable; y el arma de nuestro caballero es la aventura, específicamente el viaje, como estado en oposición a lo establecido, es decir, ir sin mucha razón por el mundo aventurando la vida y encontrar ese placer de sentirse vivo –felíz- . De esta manera, la locura le dice a la razón, Don Quijote a Sancho: “La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”.
domingo, 8 de agosto de 2010
vagancia.

martes, 3 de agosto de 2010
quiero descansar eternamente.

inmovilizar la totalidad de mis
sentidos para escuhar los
ronquidos de la gente viva.
Quiero descansar eternamente,
silenciar todos mis gritos diarios
para rejuvenecer la piel
de las veradades familiares
Quiero descansar eternamente,
llenar mis bolsillo nocturnos
con los vacíos de la ciudadanía.
Quiero descansar eternamente,
cortarle las manos al amor
para escapar al infinito.
Quiero descansar eternamente,
vestir al mundo con cadáveres
de palomas ocultas para
que vuele hacia el Sol.
jueves, 29 de julio de 2010
tercer juzgado de policia local

martes, 27 de julio de 2010
La rebelión de las masas, pág. 150

sábado, 24 de julio de 2010
puedo sentir ver y decir

viernes, 23 de julio de 2010
dos invitaciones.

domingo, 18 de julio de 2010
No despereis!

Arrincónate en dos mirada vacías
viernes, 16 de julio de 2010
Caminata de la angustia.

domingo, 11 de julio de 2010
Último pasaje de El Extranjero
domingo, 27 de junio de 2010
pluralidad y unidad.
Cuando hablamos del orden, ya sea para la organización de una sociedad o la estabilidad individual, siempre pensamos o nos ligamos a la idea de un estado relativamente quieto y regular. La noción de orden por la cual nos regimos y nos enseñan desde nuestra infancia, es el estado bajo el cual las regularidades de las prácticas o de las ideas se ejecutan dentro de la normalidad, sin ninguna inconveniencia tanto desde el interior de este funcionamiento como del exterior. Esta noción, la cual la podemos llamar logos o razón, es el patrón esquemático a priori que poseemos en nuestra estructura mental para coordinar nuestras acciones hacia un fin ordenado. Así como Parménides postulaba el orden de la realidad bajo los conceptos de un ser estático e inamovible, Aristóteles y Platón asociaban la felicidad – como un bien en sí mismo último al cual puede llegar todo ser humano- con la virtud de la templanza. Este último estado, el cual el hombre es capaz de controlar sus pasiones y poder moderarse en su comportamiento en consonancia con la razón, es la misma idea de estabilidad con la cual la mayoría del hombre ha vivido para el ordenamiento de la realidad y la unidad con el mundo. El orden social debe estar regido por la unidad del pensamiento de los hombres; el lugar en donde conviven y existe una pluralidad tanto de elementos como de pensamientos, se deben unificar bajo ciertos principios para alcanzar una realidad que sobreviva permanentemente, y más aún, imperecederamente. Esta unidad que permite el orden social no es una creación artificial ni espontánea, sino que arbitrariamente los hombres que componen una sociedad se van adaptando inconcientemente a un logos unificador. Uno de estos principios totales puede manifestarse bajo muchas formas: moral, normas, patria, nación, dios, ley, etc. El orden establecido por ciertos principios que no tienen por finalidad más que el orden permanente de la sociedad, tienen que defenderse y a la vez resistir a lo que podríamos llamar las contradicciones, ya sean internas o externas del orden establecidos. Estas oposiciones que se puede generar en la pluralidad del orden social pueden desembocar en transformaciones o cambios.
Es ante este devenir por el cual se puede ver amenazada una realidad unitaria, en donde una sociedad quizá fuertemente ordenada y establecida bajo principios inmanentes tanto para los habitantes del país o la ciudad, sufra contradicciones entre fenómenos que inherentemente son opuestos. Por ejemplo, un orden establecido bajo el principio religioso en donde la libertad individual queda subyugada a la voluntad de quien gobierne, es vulnerable a una posible contradicción entre los gobernados. La alta probabilidad de que se generen estas contradicciones y que a la vez resulten transformaciones depende de la pluralidad que exista dentro de ese orden social. Es decir, en el mismo orden religioso, el cual se mantiene por la unificación desde la voluntad de quien gobierne, no hay una alta pluralidad en la sociedad, sino más bien un cuidado fuertemente de la unidad, es muy probable que ante este escenario de baja tolerancia a lo diverso e inflexibilidad de nuevos pensamientos, en este caso religioso, se generen contradicciones en el funcionamiento de la sociedad. Lo mismo puede suceder, y que se da en la mayoría de las veces, en el orden político, en donde la figura del Estado, que bajo los gobiernos totalitarios que van en búsqueda de la utopía de un pensamiento único para la sociedad, resisten a las contradicciones y transformaciones que se generan producto de su inflexibilidad a la pluralidad de pensamientos.
La historia universal puede que sea un ejemplo empírico de estas constantes transformaciones con la que ha sido partícipe el mundo social; distintas formas de gobierno, diferentes ordenamientos sociales, luchas en pos del poder, guerras entre naciones y estados, etc. Mientras que por la dimensión física la naturaleza también está en constante flujo, la cual permite que el mundo en su materia este permanentemente transformándose, y que a su vez, repercuta en el orden social. La oposición de contrarios que contribuya a otros horizontes sociales y naturales, es la condición vital para que el hombre en su mayoría vaya experimentando sensaciones nuevas dignas de conocimiento. El problema actual ante el cual se está concibiendo el orden social, bajo los principios de unificación para resguardar a través del tiempo el pensamiento único, no le dan la suficiente libertad a ciertos sujetos para ejercer sus propias ideas. La estabilidad de la cual sosteníamos antes, o la templanza del ser humano para alcanzar el bienestar y así la felicidad, o el orden social visto desde prácticas culturales permanente y totalizadoras; no le dan la participación necesaria a la permanente transformación. No es que sea lo uno o lo otro, sino que debe haber un equilibrio entre ambas líneas de pensamientos, condición la cual no se da entre los que sostienen el poder y el bien-común de la sociedad; la cual ha internalizado la relación entre estabilidad y felicidad; o amor y fidelidad; modelo familiar y relación sexual; etc.
lunes, 14 de junio de 2010
Yira Yira
Cada día lo establecido nos está escondiendo la tragedia. El tiempo sometido a toda lógica y eficacia. Nada debemos perder. Pues donde el fracaso será rotundo la desgracia será eterna. Todo es calculable. Pues donde el reconocimiento es universal la condena será inminente. Todo es nostálgico. Pues donde el humano se compromete a fines sociales la hipocresía será maquillada. El azar y la aventura se nos está escapando. Carpe diem y Ethos están siendo sujetados por funciones insípidas. Se nos oxigena necesidades, días de enamorados, familias bien compuestas, perros de razas, títulos, magíster, solidarizar en las alcancías para niños con mal formaciones y para un país sin campamentos. Nuestros rostros van cosechando sonrisas más abiertas y miradas complacientes preocupadas de no generar algún desacuerdo. Nos estamos volviendo cada vez más unidos. Más uniformes. Más estables. Ya las contradicciones son fenómenos del pasado. Fueron las causas de los períodos más oscuros e inestables de la humanidad. En aquellos períodos, tanto el espacio y el tiempo que nos brindaba la despreocupación material como también la libertad que nos generaba la carencia de necesidades ficticias; al menos, nos permitía, no tanto en un grado existencial, sino más bien ideológico, formularnos algunas preguntas y dudas sobre el guión de la obra que nos querían imponer. Ya todos aquellos cuestionamientos , preguntas y dudas que apuntaban hacia nuestra existencia sino habitan en el cajón del olvido descansan en el baúl de los miedos. Ahora necesitamos y deseamos tranquilidad, equilibrio. El punto medio es nuestro único lenguaje. Pero, ¿ qué estamos perdiendo?. No queremos saber la respuesta porque su presencia fonética marchitará las rosas que han florecido de esta nueva primavera. Vuelvo, insisto, recalco, subrayo. Una primavera sintetizada de pactos, de lobbys, de subsidios y bonos, de blancura, y por sobre todo, de Televisión. Esta última, la mejor escuela, destacada por su excelencia académica, ha logrado convencernos que la Tierra no es redonda, sino cuadrada. Toda efectividad educativa fue trasladada a cada una de nuestras casas. Recorramos nuestro hogar y encontremos en los dormitorios o comedores a nuestras escuelas, a nuestras universidades. En aquellas cajas se hallarán salas con maestros exigiéndote que presiones el ON, instándote asistencia obligatoria, obediencia y civilización. Transmitiendo nuevos deseos, nuevos placeres y emociones. Debemos acongojarnos al unísono con las desgracias que nos presentan. Bernales, Un Techo para Chile, 1810, Teletón,etc; llorar y aflojar nuestra sensibilidad con los deformes para así demostrar cuánto humanos somos. Consumir para ayudar. Debemos musicalizar las alcancías para que los parias dejen de vivir en casas de cartón. Os servís al pobre, no unáis. Pues debemos participar de este show para entendernos. Solo debemos actuar bajo su lógica para que así, nos doctoremos de filántropos, efectivos e unidimensionales. Y así podemos sustentar la rentabilidad, lo calculable, lo establecido. ¿ Y los valores?. Son los mismos. Pues es inevitable, estamos graduados de aquello, internalizados se hallan dentro de nuestros parámetros existenciales aquellas dimensiones sin las cuales no seremos ni identificables ni deseables ni cuantificable ni rentables. Big brotheriswatchingyou. Sin embargo, no todo está oculto. Las contradicciones, la crítica, el azar, el viaje, la letanía de Baudelaire, las mujeres, las conchas cotizadas, la experiencia, la vulgaridad, Dionisio, la locura, Sancho y Don Quijote. No solo son enemigos de estas máquinas inteligentes, sino que son puertos por los cuales nuestros principios de placer y libertad deben desembocar. Quizá aquello que se nos niega no se expresará fuertemente ante nuestros ojos, pues más bien buscará los vacíos que irá dejando esta ecuación global y mortal. Ocuparía aquellos espacios no para pregonar burdamente la liberación del ser humano. Sino para demostrar que realmente somos hojas secas de otoños habitadas en una primavera plástica que no nos corresponde ni naturalmente, ni humanamente. Pues estaremos exhausto de hacer el amor con las dudas y las preguntas sobre nuestra existencia. Porque es en aquel acto donde nos daremos cuenta que estamos más muertos que vivos.
abril 2009.
viernes, 11 de junio de 2010
Cuando la suerte que es grela
En momentos donde el cuerpo te vuelve a recordar
tu pendiente negativa, con dos cascadas espesas
y pegajosas que suben y bajan por tu cerebro.
Una que otra mil batalla leída por los dias de Abril
llena de bronce y sangre y dioses malditos.
Que los caminos para llegar al conocimiento son
tan irreales como el canto torcido de la verdad.
Un par de zapatillas sin dentadura que le sonrien
bajo inocencia a los adoquines parisinos del XIX.
Un Santiago refugiado por una fuerza artificial
originada después de una hecatombe natural.
Una pre-frontal medial que me convence y obliga
vomitar colores sobre el vacio de la realidad.
La mentira que me penetra en la nuca del sol
y la frente de estos dedos frios autómatas.
Y que no se olvide la comunicación de sus multiples
expresiones: de piel, de retinas, de manos.
Que por estos dias una imponente figura femenina,
patrona de nuestra estética moderna y helénica;
me mira, me abraza, me acompaña. No me besa.
Que la ley de la ley del amor o la moral o no se
qué violencia; me descompone la esperanza.
Y yo, no me siento nada de bien.
miércoles, 26 de mayo de 2010
TORMENTOS
TORMENTOS
La soledad es insoportable, a solas conmigo mismo, a solas con mis pensamientos.
No sé como distraerlos, como atontarlos para que no me atormenten. Surge entonces la rabia ante la impotencia, y la agresividad es un pequeño paso que doy en ese estado.
Sentirse solo y estar solo no es lo mismo, pero en mi caso, sí, me siento solo aún cuando no estoy solo, pero lo siento mucho más cuando esa soledad es también física.
¿Soy demasiado consciente de la realidad, y los demás viven en un sueño de idiotas del que no quieren despertar (cosa que no les reprocho), o soy yo el estúpido que cree ver demasiado, sin ver nada?.
Sea cual sea la respuesta, puedo decir que nunca he pedido estar aquí y aún estando aquí, sólo pienso en cómo salir, sin hacer ruido, sin que se note mi ausencia, como si nunca hubiera estado. Y de esa manera, sentir la ilusión de no haber existido nunca.
En plena tempestad...
El día después siempre es tranquilo, ya se sabe, la resaca y el cansancio hacen que esté tirado como un muerto en el sillón mirando la tele aunque me importe una mierda lo que estén echando en ella. Sin embargo, hoy me he levantado de muy mala leche, y con impulsos homicidas y suicidas. Ha aflorado mi odio a este mundo y a esta vida y a mi mismo por estar en ella. Pongo Presuntos Implicados en la cadena de música, me gusta su voz y me gustan sus canciones, me relajan y quizás consiga ponerme en paz conmigo mismo y el mundo. Tengo ganas de llorar pero no lo consigo, la rabia me lo impiden, desearía golpearlo todo y tirarlo por la ventana y luego yo detrás, pero vivo en un primero, ¡no vale la pena!. Odio y rabia, tristeza y derrota, cansancio y resaca, todo esto a la vez es lo que siento, y la verdad, levantarse así es asqueroso, o mejor dicho, levantarse a un nuevo día es asqueroso.
Nos echan a este mundo, y nadie nos ha preguntado si queríamos nacer, nadie nos previene de lo que nos espera, ingenuo pensamiento el que dice que la vida es un don, algo que deberíamos agradecer cada día que nos despertamos y cada día que pasamos y seguimos aquí...
Yo pienso (y empiezo a pensar que pienso demasiado) que también puede ser una carga, una pesada carga, que día a día algunos de nosotros llevamos encima sin poder quitárnosla, pero deseando hacerlo. No estoy loco, nadie debe juzgar que mi lucidez significa locura, ¿o quizás sí?, y por eso los cuerdos están en el manicomio.
Lo he intentado, claro que lo he intentado, pero la ¿gracia? del asunto es que he fracasado... Así que aquí sigo, sin saber muy bien qué hacer.
Una de las cosas que tengo más claras, es que la sociedad tal como es ahora, no me gusta, vivo en ella porque no me queda otro remedio, y porque al mismo tiempo que la aborrezco, la necesito para subsistir. Pero no me gusta, quizás en lugar de ¿avanzar? tanto en el campo de la tecnología, de la ciencia, del consumismo,... Deberíamos pararnos en seco y mirar atrás, mirar lo que vamos dejando a nuestra espalda, recapacitar y meditar en si realmente estamos siguiendo el camino correcto, o por el contrario, estamos destruyéndolo todo a nuestro paso como Atilas de pacotilla.
Mi pesimismo, como le llaman los demás, o lucidez, como le llamo yo, es una pesada carga que tampoco pedí llevar. Es difícil vivir así, y casi merezco una medalla por, a pesar de todo esto, seguir levantándome cada día, ir al trabajo y colaborar en algo que no deseo que siga así, sino aniquilarlo.
La aniquilación es renovación, porque al final de ella, la vida (esa eterna inmortal) vuelve a resurgir... Si tuviese el poder, destruiría al hombre, limpiaría de la tierra su huella y la dejaría libre para que la naturaleza recupere lo que siempre ha sido suyo. Y quizá, en un futuro lejano, la evolución haría que un nuevo ser inteligente poblara este planeta. Porque no considero que el hombre sea un ser superior, ni inteligente, creo que es un ser peligroso por su gran (casi ilimitada) capacidad de contaminación. Y su carente capacidad de creación, allí donde toca, la caga. Dejando un montón de mierda a su paso.
¿POR QUÉ ESTOY AQUÍ?
¿POR QUÉ NADIE ME AVISÓ?
¿POR QUÉ, PADRES, ME OBLIGASTEIS A NACER?
¿POR QUÉ A CADA PASO QUE DOY TENGO LA SENSACIÓN DE NO AVANZAR?
¿POR QUÉ PIENSO DEMASIADO?
¿POR QUÉ NO PUEDO ESTAR IDIOTIZADO COMO LA GRAN MAYORIA?
¿POR QUÉ?... ¿POR QUÉ?... ¿POR QUÉ?...
Me pregunto muchas veces porqué soy así, porque tengo que ser tan consciente de que la vida es una mierda, que tal como la vivimos, tal como la sociedad nos impone una rutina, unas obligaciones, unas normas, unas prohibiciones,... es difícil vivir, es un sinsentido, esto no es vida, y a veces pienso que para vivir así, mejor no vivir.
Hay quién se pone metas, objetivos, cree en algo: en un dios, en el amor,... pero es difícil creer en algo, sino crees siquiera en ti mismo y en que tiene algún sentido el que cada día te levantes, vayas al trabajo, te conviertas en una especie de máquina durante unas ocho horas y luego vuelta a casa,.... ... ... ... y así día tras día. Nadie está contento y sin embargo no hacemos nada por cambiar las cosas porque no sabemos qué es lo que podemos hacer, no sabemos cual es la solución porque no la hay, la única solución, y aunque parezca absurda, es vivir en una dulce ignorancia, ser un iluso, un estúpido que no piensa ni ve más allá que lo que alcance su mirada. No aspirar a nada más que las migajas del pastel que caigan en tus manos, y ya está, ser un conformista, sin apenas voluntad ni decisión, una especie de marioneta que ni de moverse se preocupa porque ya hay otros que se encargan de ello.
No vale la pena, ¿para qué?... en fin, vivo aburrido y escéptico. ¿La amistad? ¿el amor? ¿la familia?, conceptos que poco me dicen ya, y quizás no sea por desengaños sino porque no creo en sentimientos que son imposibles en una sociedad como esta, o en una vida como esta. El hombre está condenado a no vivir en paz nunca, allá donde vaya, se sentirá obligado a cambiarlo todo y a adaptarlo a su gusto, con la excusa de que es lo mejor. Así va destruyéndolo todo y creando mierda a su alrededor, porque si algo hay perdurable que pueda crear el hombre es mierda: suciedad y basura allá por donde pasa.
No existe un dios, no existe un diablo, estamos solos ante nuestro destino y de él deberíamos ser dueños, pero no es así, nos imponemos normas, absurdas en su mayoría para dominar la vida y las acciones de los demás. No existe un dios, no existe un diablo, porque si así fuese, ya se hubiesen encargado de destruir la humanidad, en vista de lo imperfecto de su naturaleza. El hombre es un gran fallo en la naturaleza, una imperfección, un virus que mata poco a poco.
Quizás existan, y quizás no lo destruyen ¿porqué quién creería entonces en ellos?, ¿cual seria la razón de su 'existencia', ya que el hombre es el único ser 'racional' sobre este planeta que puede crear y creer en cosas irreales como entes superiores, ¿quién entonces iba a creer en ellos?, ¿quién iba a adorarlos y a alimentar su vanidad?.
No creo que le haya pedido demasiado a la vida, en realidad bien poco, esperaba algo más y ese algo más no ha llegado y no llegará (me temo). Sinceramente me gustaría estar a gusto con lo que tengo, y es eso precisamente lo que quiero pero no lo consigo, siempre quiero algo diferente a lo que tengo y cuando obtengo ese algo distinto (cuando lo logro) parece que ya no es tan bueno como pensaba o parecía, y es cuando miro hacia otro lado (para tratar de olvidar de eso que tengo y que no es lo que yo quería) y descubro que no, que estaba equivocado, que precisamente esta ahí, mi meta, mi objetivo, mis anhelos están ahí, y comienza la lucha otra vez para tratar de obtener ese otro 'caramelo' que he visto, y que llena otra vez mi vida con una ilusión, una nueva meta a conseguir. Pero la magia siempre desaparece cuando lo consigo, en los casos que no lo consigo, esa es la razón de mi malestar, de mi 'desgracia', el no conseguirlo, porque así justifico mi insatisfacción, mi desgana de vivir, mi completa indiferencia ante los acontecimientos. Saber esto y no saber que hacer para solucionarlo es desesperante. Cuando hace años tuve la lucidez de intentar suicidarme, ese creo que fue el momento más pleno y consciente de toda mi vida, el más real y más consecuente. Nada hay en esta vida que pueda llenar este enorme e insaciable agujero negro que anida en mi interior, todo se lo traga y desaparece como si nunca hubiese existido. El Vacío es mi sino y mi sentido de vivir, porque cuando eres joven te engañan con falsas promesas e ilusiones sobre la vida, y nada de ello es cierto. La vida no es gran cosa, además de no darte nada, es simplemente una estancia en una gran mansión, la cual no es más que la estancia contigua ni menos que la otra ni la de más allá,... todas son igual de insignificantes y carentes de sentido, porque no existe ese sentido que nos empeñamos en imprimir a todos nuestros actos y a todas nuestras decisiones. Nada de lo que hagamos va a cambiar nada realmente, nada,... porque nada somos y en nada nos convertiremos, por los siglos de los siglos hasta el final de esta mierda de mundo.
La gente me produce asco, tengo asco hasta de mi mismo. Deseo una destrucción completa de todo lo humano, incluidos ellos e incluido yo, ya que no soy especial ni mejor que ellos. Soy una mierda más puesta en este mundo sin mi aprobación.
27 años son más que suficientes para poder soportar todo este absurdo que me rodea y que me invade, es suficiente para ver que todo lo que hacemos no servirá de nada, que ningún sentido tiene seguir sufriendo y siguiendo una rutina estúpida que no nos conduce a nada. Mierda de vida, mierda de sociedad, mierda de gente, mierda de sistema,... MIERDA, mi palabra favorita, sólo ella es capaz de describir sin esfuerzo mis pensamientos.
Madrugo por las mañanas y pienso con ironía: "¡Bien, otro día más sobre este planeta!. Levantémonos, vamos a producir la ración de basura de hoy.". Me levanto, no sin un gran esfuerzo de voluntad (la cual hay que reconocer es considerable, me pregunto de dónde sale), toso (el tabaco dicen que mata, poco a poco). Salgo de casa, con ojos dormidos, mi mente todavía atontada, los cascos de mi discman en mis oídos (la música es lo único que soporto a esas horas, y casi es lo único que soportaría a cualquier hora). Me dirijo con paso raudo a la estación de tren, que me llevará a mi y al resto de las abejas obreras a esos campos de concentración mal llamados empresas. Cuando llego, mi cara (ya con un rictus de amarga tristeza) empeora hacia un enfado que no puedo dirigir contra nadie, porque nadie es culpable y al mismo tiempo, lo somos todos y hacia todos lo dirijo. No hablo, apenas saludo (¿Buenos días?, no para mi, desde luego), me siento en mi cubiculo, en mi celda. Aun encima, es verano, hace calor, y el aire acondicionado crea una malsana atmósfera artificial que perjudica más mis pulmones, ya jodidos por el tabaco.
Al cabo de un rato, llega el jefe, ese temible bastardo, que se cree algo, que se cree que nos posee, cuando realmente no tiene nada, realmente no es nada, nada más que otra mierda con patas que camina con una falsa seguridad en si mismo. Me río de su seguridad, me río de su ficticio poder, porque cuando la muerte llega (y afortunadamente siempre llega) nada de lo que tiene o cree tener, le va a impedir pudrirse bajo tierra entre los gusanos.
Tomo un café, el estimulante que necesito para mantenerme despierto y no caer en el sopor del aburrimiento, y en un sueño que trata de apoderarse de mi ser. Un sueño que realmente seria bienvenido, y mejor aprovechado que estas horas muertas de mi vida que paso aquí encerrado entre estas cuatro paredes mugrientas.
¿Por qué no dejarlo?, ¿por qué no escapar?... sí, suena bien... ser libre, romper las cadenas... pero es irreal. Si sigo vivo (cosa que continuamente me planteo) y tal como están las cosas, necesito dinero para comer, pagar una vivienda, ... Y no me pienso convertir en un vagabundo, porque ya es bastante dura y asquerosa la vida como para aún encima tener que depender de la caridad humana. No, para ser libre realmente, sólo hay una solución: la muerte. Aunque no haya nada después de ella, cosa que no sé, es la única salida para ser libre, realmente libre. Se terminan entonces las ataduras, trabajar, pagar, llorar, sufrir, reír, soñar, enfermar, el miedo, el amor, el odio, ... Sólo necesito el método adecuado y podré hacerlo, porque hasta ahora, he fallado.
Pensándolo bien, no me hubiese importado nacer si en lugar de ser humano, con su supuesta inteligencia, hubiese nacido animal. Cualquiera, me es indiferente: desde una mosca hasta un elefante... Pero al fin y al cabo, animal, ser que sólo existe y vive, no se preocupa de mañana, no se preocupa de lo que hizo ayer. Para él solo existe el ahora, un ahora que cambia según sus necesidades: comer, procrear, descansar, ... Así debiera ser nuestra vida: vivir el ahora, sin preocuparnos de nada más, sin tantas normas, sin tantas complicaciones, sin tantas fronteras, ... Ser, existir, vivir, nada más... No deberíamos pensar tanto, los que lo hacemos y los que no, felices ellos porque de ellos es el reino de la felicidad y la ignorancia (eternas compañeras).
Soy egoísta, dicen, y lo reconozco. Sólo pienso en mi, no hago más que quejarme, sin pensar en que los demás también sufren... Pues si también sufren y quieren acabar con esa agonía, ¿qué coño estamos haciendo?, ¿por qué no nos ponemos de acuerdo y lo cambiamos todo? o mejor, ¿por qué no nos ponemos de acuerdo y nos autoexterminamos todos?.
¿Por qué me siento tan asfixiado? ¿por qué tan aislado? ¿por qué tan agobiado?... ¿Quién me ha enseñado a ser así?, ¿por qué he elegido este camino de penuria y sufrimiento?... ¿Alguien me podría ayudar?, sólo me gustaría ser idiota para no preocuparme tanto, o ser tan inteligente que desde mi superioridad no me afecte tampoco la mediocridad y la rutina. ¿Alguien tiene la sabiduría? ¿alguien la llave de la tranquilidad?... No quiero morir, pero tampoco vivir así, y no existe punto intermedio, o mejor dicho, sí que existe y en él estoy: malviviendo, una especie de zombi, un muerto en vida que no se decide por ninguno de los dos caminos porque no es capaz de llegar a ninguno de ellos. Soy así desde muy joven, casi podría decir que desde que tengo uso de razón. Es demasiado tiempo para sufrir. Siempre pensaba que cuando creciese, la madurez y la experiencia me ayudarían y vería la luz al final del túnel, incluso (era demasiado romántico todavía) que el amor podría sacarme de la oscuridad, pero el tiempo pasó, los amores también,... y nada me ha ayudado, nada ni nadie, porque he llegado a la conclusión de que si hay salida (cosa que ya dudo) debería estar dentro de mi y que si no la he encontrado es porque esa salida no existe.