domingo, 26 de febrero de 2012

Resultados Perversos

Me levanto bien temprano para aprovechar el día. Me preparo un café y su aroma encanta a mi madre, transportándola a sus últimos sueños de la noche anterior. Cuando finaliza el día le destruyo su inocencia sobre aquel aroma diciéndole que el café matutino sólo lo preparo para un beneficio práctico. Ella me reprocha que la búsqueda de beneficios sobre encantos naturales es un atentado a la vida. Sí, sin duda. Pero le insisto que el café es un arma de defensa para seguir estudiando bajo condiciones que ya se está buscando algunos beneficios. Los estudiantes siguen marchando. 

sábado, 25 de febrero de 2012

crudo verano ll

La costumbre de vivir pocas sensaciones en un día es una acertada lengua para comprender las múltiples sensaciones que te puede ofrecer otro día no cualquiera. La multiplicidad de sentidos y expresiones que te manifiesta un otro remece la estructura superficialmente estable de tus cincos sentidos. La percepción, seguida por la apreciación, el pensamiento, y posiblemente por la acción, se articulan con otros planos de la conciencia que encaminan, lentamente, a una nueva revisión, ya sea descriptiva o crítica, sobre tu historia y tu presente. Tu vida inscrita ante esta nueva mirada, siempre gestada de las múltiples sensaciones y expresiones críticas y angustiosas de este otro, es un instrumento terapéutico inigualable. No es una relación pasiva de tu vida frente a este otro que te estimula de forma tormentosa y que tú después la recibes solitariamente ausente de aquel o aquella, sino más bien, es un movimiento comunicativo elemental de contradicción en negación permanente. Aquel movimiento para mi tiene un carácter instrumentalmente terapéutico. Los resultados de este choque constante con alter hacen caer piedras pesadas que guardabas en tu espalda. Pero me pregunto:  ¿es ya la misma lucidez de la enfermedad la terapia?; ¿es la enfermedad, o las rocas pesadas que arrastran nuestra historia social, ya un camino emancipatorio?; ¿es la terapia una negación de la enfermedad? De ser así, el instrumento del cual hablamos ya no sería movimiento, sino una negación que busca algún fin estable, ya sea para vivir o convivir, y para muchos, sobrevivir. Es curiosa esta triada con un otro. El vivir ingenuamente la asociamos con la individualidad, y los otros dos con la sociedad. Pero mi sociedad, de la cual hablo, es simplemente un otro. Es este quien remece mi estructura histórica que cognitivamente me permite vivir aproblemáticamente. Es su historia individual, familiar y social que atraviesa plenamente mi estabilidad en la vida cotidiana. La consecuencia de esta penetración la suelo llamar a veces proceso terapéutico. Pues me abre la posibilidad de criticar todo los arrastres negativos históricos de mi vida. Negativo en un sentido como no crecimiento; vale decir, oposición que frena un progreso emocional, social e intelectual de mi vida en mi mundo social. Por favor, entiéndase progreso como camino de liberación y emancipación de toda traba histórica de nuestras vidas. Lo cual me permite concluir que la lucidez crítica de estas piedras arrastradas históricamente ofrecen un buen escenario para la práctica de su cambio y transformación. Es en este sentido que el movimiento contradictorio de negación permanente se detiene, o tal vez reduce su velocidad, en la emancipación misma de nuestras vidas. El fin libertario tiene como único instrumento práctico para su existencia este movimiento que niega, que se opone a la inocencia de nuestra vida cotidiana con el vestuario del sufrimiento. Porque la lucidez es sufrimiento. Esta, acompañada de la crítica, es pura infelicidad de la felicidad. Lo cual nos lleva a pensar, para así practicar y viceversa, que la infelicidad generada por la lucidez es un camino firme para una felicidad más completa. La conciencia crítica de nuestra historia social no es bienvenida para la inocencia de la vida cotidiana. Pues es su asesina. Y es en su rol de verdugo que el movimiento de la contradicción de negación permanente niega la enfermedad para superarla, adjudicándose así su carácter terapéutico. Por consiguiente, estimados y amigos míos, es que creo que la enfermedad negada es necesaria para la existencia de esta terapia, de este movimiento. Su detención puede que nunca la podamos presenciar, pues el antojo de la muerte puede ahogar el placer de dicha presencia. La muerte negará la emancipación, o tal vez, simplemente, ambas sean la misma cosa. 

domingo, 19 de febrero de 2012

!

La amargura corre como la sangre en los momentos en que la desconexión muestra su rostro sólido, palpable y cercano. El dolor, sigiloso e invisible, te envuelve. Es cuando ya comienza a dejar de ser, como se dijo más de un vez, sideral. ¿Para que sirve el amor si no es más para evaporarnos lentamente?

miércoles, 8 de febrero de 2012

tercer producto impensado

Tengo pocas horas para entrar a dormir, bueno, si lo quiero, puedo pasar la noche en vigilia. Pero el tiempo que me queda, por decirlo así, "disponible", tiene que ser consumido principalmente para terminar un libro, el cual no quiero llevar conmigo al lugar que viajaré dentro de unas horas más. Así es que tengo que elegir entre irme a dormir ahora mismo y no terminar el libro y llevármelo de viaje, o bien leer hasta que mis pestañas comiencen a destellar luces de sueño y cansancio. Eso tengo que pensarlo en el curso del movimiento. Dejar de lado un poco la racionalidad, y darle más espacio al curso del presente, que articulado con la resistencia de tus sentidos, va alimentando tu concentración y atención de lo que estás haciendo. En el mismo movimiento. Sin embargo, me hallo aquí, escribiendo. Una tercera variable que nunca estuvo en mis pensamiento cuando fui consciente por primera vez de aquel dilema. Lo que podemos decir que lo que estoy haciendo, es decir, la tercera variable, fue un resultado, o en términos más  valóricos modernos, un producto natural del mismo movimiento del presente, el cual, como dijimos, es ajeno a toda deliberación racionalista. Más aún, podemos agregar que gracias a esta tercera acción no pensada, parida desde la más dinámica lógica dialéctica del movimiento natural del presente, me dio el espacio, y el tiempo susceptible de prisa y culpa, de pensar y reflexionar del primer dilema, así como del resultado de la superación de este, es decir, de la creación de una tercera variable. En términos sistémicos, mi propia conciencia operó con un mecanismo que le permitió referirse a ella misma, y por lo tanto, seguir reproduciéndose gracias a sus propios resultado. Pero ojo, que este resultado no fue un producto directo del pensamiento, sino como bien dijimos, del movimiento impensado del presente, y que a posteriori, la conciencia retomó este producto y la asimiló a sus sistema para volver a pensarse ella misma. Pero un escéptico quisquilloso me podría interpelar que toda acción es pensada, aunque sea con un tiempo que ni siquiera es percibido. Pero lo percibido es muy distinto a lo pensado. Es anterior. Lo que el reclamo del escéptico estaría infundada. Entonces podemos dejar a la percepción nada más que en el mundo del movimiento inconsciente del presente. Lo pensado, no. 
La cola de esta tercera dimensión alude, sin más, al espacio y tiempo ofrecido por la opción de escribir, en un blog que nadie visita, ni siquiera los virus. Pero eso no importa, a veces el silencio suele ser mucho más importante que el ruido. ¿Me estoy declarando importante? Qué atropello a la razón. Nunca. Sólo quería decir, nada más, que no hay que preocuparse del silencio como algo negativo, jamás. Sólo que el silencio es un espacio leal que permite expresarte con todo el ruido posible, sin restricciones lógicas  y patológicas. El silencio de este espacio, violado por el acto de escribir y por el ruido de las teclas incoloras, enmarcado en códigos mundiales, fue, es, y sigue siendo, un producto del curso natural del movimiento espiral del presente. Y si todo este proceso, ni siquiera me expone a la culpa de haber perdido el tiempo, inscrito en este tercer espacio producido por el azar, y quedar más que liberado de ciertos obstáculos, de los cuales no era conciente; el cálculo racionalista sobre el tiempo y del movimiento del presente a su vez, estaría puesto en duda, o tal vez desponderarlo y darle más porcentaje al factor del movimiento del presente.