lunes, 14 de junio de 2010

Yira Yira

Cada día lo establecido nos está escondiendo la tragedia. El tiempo sometido a toda lógica y  eficacia. Nada debemos perder. Pues donde el fracaso será rotundo la desgracia será eterna. Todo es calculable. Pues donde el reconocimiento es universal la condena será inminente. Todo es nostálgico. Pues donde el humano se compromete  a fines sociales la hipocresía será maquillada. El azar y la aventura se nos está escapando. Carpe diem y Ethos están siendo sujetados por funciones insípidas. Se nos oxigena necesidades, días de enamorados, familias bien compuestas, perros de razas, títulos, magíster, solidarizar en las alcancías para niños con mal formaciones y para un país sin campamentos. Nuestros rostros van cosechando sonrisas más abiertas y miradas complacientes preocupadas de no generar algún desacuerdo. Nos estamos volviendo cada vez más unidos. Más uniformes. Más estables. Ya las contradicciones son fenómenos del pasado. Fueron las causas de los períodos más oscuros e inestables de la humanidad. En aquellos períodos, tanto el espacio y el tiempo que nos brindaba la despreocupación material como también la libertad que nos generaba la carencia de necesidades ficticias; al menos, nos permitía, no tanto en un grado existencial, sino más bien ideológico, formularnos algunas preguntas y dudas sobre el guión de la obra que nos querían imponer. Ya todos aquellos cuestionamientos , preguntas y dudas que apuntaban hacia nuestra existencia sino habitan en el cajón del olvido descansan en el baúl de los miedos. Ahora necesitamos y deseamos tranquilidad, equilibrio. El punto medio es nuestro único lenguaje. Pero, ¿ qué estamos perdiendo?. No queremos saber la respuesta porque su presencia fonética marchitará las rosas que han florecido de esta nueva primavera. Vuelvo, insisto, recalco, subrayo. Una primavera sintetizada de pactos, de lobbys, de subsidios y bonos, de blancura, y por sobre todo, de Televisión. Esta última, la mejor escuela, destacada por su excelencia académica, ha logrado convencernos que la Tierra no es redonda, sino cuadrada. Toda efectividad educativa fue trasladada a cada una de nuestras casas. Recorramos nuestro hogar y encontremos en los dormitorios o comedores a nuestras escuelas, a nuestras universidades. En aquellas cajas se hallarán  salas con maestros exigiéndote que presiones el ON,  instándote asistencia obligatoria, obediencia y civilización. Transmitiendo nuevos deseos, nuevos placeres y emociones. Debemos acongojarnos al unísono con las desgracias que nos presentan. Bernales, Un Techo para Chile, 1810, Teletón,etc;  llorar y aflojar nuestra sensibilidad  con los deformes para así demostrar cuánto humanos somos. Consumir para ayudar. Debemos musicalizar las alcancías para que los parias dejen de vivir en casas de cartón.  Os servís al pobre, no unáis. Pues debemos participar de este show para entendernos.  Solo debemos actuar bajo su lógica para que así, nos doctoremos de filántropos, efectivos e unidimensionales. Y así podemos sustentar la rentabilidad, lo calculable, lo establecido. ¿ Y los valores?. Son los mismos. Pues es inevitable, estamos graduados de aquello, internalizados se hallan dentro de nuestros parámetros existenciales  aquellas dimensiones sin las cuales no seremos ni identificables ni deseables ni cuantificable ni rentables. Big brotheriswatchingyou. Sin embargo, no todo está oculto. Las contradicciones, la crítica, el azar,  el viaje, la letanía de Baudelaire, las mujeres, las conchas cotizadas, la experiencia, la vulgaridad, Dionisio, la locura, Sancho y Don Quijote. No solo son enemigos de estas máquinas inteligentes, sino que son puertos por los cuales nuestros principios de placer y libertad deben desembocar. Quizá  aquello que se nos niega no se expresará fuertemente ante nuestros ojos, pues más bien buscará los vacíos que irá dejando esta ecuación global y mortal. Ocuparía aquellos espacios no para pregonar burdamente la liberación del ser humano. Sino para demostrar que realmente somos hojas secas de otoños habitadas en una primavera plástica que no nos corresponde ni naturalmente, ni humanamente. Pues estaremos exhausto de hacer el amor con las dudas y las preguntas sobre nuestra existencia. Porque es en aquel acto donde nos daremos cuenta que estamos más muertos que vivos.

abril 2009.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario